Ankara, asesinato en el Fatih Express



El miércoles pasado decidimos que irnos a Ankara el día siguiente era una buena idea. Fuimos a Haydarpasa, compramos los billetes para ir a Ankara en el Fatih Express y nos dispusimos a enfrentarnos a 9 horas de tren.

Mientras caminábamos a la estación, Javi preguntó si el tren sería como esos que van a Hogwarts. Cuando llegamos a la realidad del Fatih Express descubrimos que no, que es un tren ordinario con asientos ordinarios (más cómodos y ergonómicos que los de los aviones, eso sí), pero de ranas de chocolate que se mueven y camas nada.

Dado que todo el mundo nos decía que en Ankara no había nada, el propósito de este post es defender precisamente lo contrario. De manera que aquí tenemos CINCO cosas que ver en Ankara :)


1. Kocatepe Camii.

Hela ahí, en todo su esplendor

La tercera mezquita más grande de Turquía (las dos primeras son la Mezquita Azul y la de Adana). Es bastante moderna, la acabaron de construir en los 90, pero aun así las pinturas del interior no dejan de ser preciosas, y la lámpara que cuelga de la cúpula central es simplemente i.m.p.r.e.s.i.o.n.a.n.t.e. Además, durante la visita hicimos algo que no se debe: quedarnos a ver como rezan. Nos agazapamos Marina y yo en un rincón desierto de la zona de las mujeres y vimos sus ritos. Javi ya estaba fuera, profundamente escandalizado.


2. Anıtkabir

El mausoleo de Ataturk es una visita que no se puede dejar de lado en Ankara. Está en el sitio más alto de la ciudad. De lejos parece un monumento soviético, pero una vez dentro la majestuosidad y los relieves del conjunto hacen pensar que a Ataturk le enterraron en una pirámide egipcia.

Si, las cuatro caras del monumento son iguales... lo pudimos comprobar tras dar vueltas para buscar la entrada.

Dentro reposa Mustafa Kemal, en un ataud de mármol tamaño gigante. Además, muchas de sus pertenencias están en el museo que se ubica en ese mismo lugar. El mausoleo está áltamente protegido por soldados de todas las facciones del Ejército turco. Y todos los días, a las 12, se hace una ofrenda floral frente a la tumba y, cuando la mezquita de Kocatepe inicia el rezo, todo el mundo se detiene en señal de respeto. Para que os hagáis una idea de la adoración que se le tiene a Ataturk, durante el rezo sólo suena la marcha fúnebre, y de normal mientras las mezquitas llaman al rezo no se puede oír música de ningún tipo.

El coche/tanque en el que Ataturk salió de Dolmabahçe para dar su última vuelta por Estambul, aunque no se enteró de mucho


3. La ciudadela.
La ciudadela no tiene el menor interés. Sólo importan las vistas, y sinceramente Ankara no es una ciudad que destaque por su belleza. Las murallas están rodeadas por suburbios, pero suburbios de estos con chabolas.

La tetería más acogedora que encontramos

La gente es bastante pobre en esta zona. De hecho, todo es muy caótico y no es usual ver turistas. Mientras estábamos sentados en una acera comiendo un helado, un señor que regenta un hotel (con bastante encanto, por cierto, pero situado como el culo) salió a buscarnos y nos preguntó si sabíamos hablar inglés, porque una mujer estaba intentando hacer una reserva y no se enteraba de nada. Vamos, un cachondeo.

La visión general


4. El Museo de las Civilizaciones de Anatolia

Para gloria y honra de todos aquellos que hicieron que Turquía sea como es ahora, hicieron este museo en el que se muestran restos arqueológicos encontrados por toda Anatolia.

Politólogos en plena búsqueda de variables operacionalizables

Ganó el premio en 2007 al mejor museo de Europa. No os tengo ni que contar lo orgullosos que están. En Europa un museo gana ese premio y hace una placa conmemorativa. Estos fabricaron una fuente de gargantuelesco tamaño y pusieron placas alrededor de todo el museo.


5. El templo de Augusto.

Hay una pared de lo que antaño fue un templo dedicado a Augusto. Intentamos hacer fotos, pero era de noche cuando lo encontramos.



Y ahora vamos con los momentos estelares de este viaje. Porque Ankara es una ciudad aburrida, pero a nosotros siempre nos pasan cosas raras.


Hola, soy ciego y te pego con el bastón: mientras tomábamos el desayuno en una terraza, disfrutando del sol de Ankara mientras los estambuliotas se pudrían bajo la lluvia y el frío, un ciego cayó sobre Marina. Todavía no se sabe cómo no nos oyó (los españoles hablamos alto) ni por qué, con los bastonazos que estaba dando, no nos detectó. A continuación me pegó un bastonazo en la pierna.


El extraño lugar: Tras media hora caminando y buscando un lugar donde tomar una cerveza antes de cenar, encontramos un restaurante con un cartel patrocinado por una marca de cerveza. Subimos, nos sentamos y nos damos cuenta de que el lugar tiene demasiados espejos. Al rato empiezan a aparecer señoritas con faldas muy cortas y escotes muy pronunciados. No nos habíamos dado cuenta de que todos los comensales de aquel lugar eran hombres (estamos acostumbrados a Estambul...). Nosotros queríamos pensar que aquel lugar era un lugar decente.

Javi y Marina, poniendo cara de circunstancias con las luces ya encendidas

Pero luego cerraron las ventanas y encendieron luces rojas en el techo, y ya era obvio dónde estábamos. Y lo peor es que estamos tan empanados que ni siquiera ha sido la primera vez que nos pasa!


BREVES

1. Tiempo soleado y no frío en Estambul.

2. Histeria free mover por aquí.

3. Hoy hemos comido bocata de blanco y negro con tortilla francesa y jamón a la plancha. HEAVEN.

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