"Darling, come home, we miss you in Wzytrskat"

Siempre que alguien me pregunta qué tal es Estambul yo siempre digo ‘diferente’. Todo el mundo se piensa que es una cuestión de cortesía o algo, pero es que es la palabra que mejor lo define. Diferente. Es lógico que tengamos situaciones que en Europa serían imposibles. Y como que todos me preguntáis a qué me refiero cuando digo ‘diferente’ os ilustraré, pero solo un poco.

- Las tiendas no tienen cerdo. Los fruteros exhiben con orgullo piezas de fruta pasadas, tocadas o demasiado maduras. Comprar pescado requiere negociación en un mercado donde todo el pescado está al aire (se compra el pez que menos moscas tiene encima), o acercarse al hipermercado más cercano (que, en ocasiones, no venderá pescado). Los vendedores no tienen ningún reparo en sacar su mercancía a la calle, aunque ocupen todo un tramo de acera. Los vendedores de helado lo sacuden y voltean en el aire con una barra de hierro mientras golpean unas campanas. Puedes caminar por la calle y comerte unos mejillones crudos. Hay niños trabajando en los bares. Ciertos supermercados son un caos. Una vez vimos en un Carrefour, durante la temporada de la vuelta al cole, a los empleados subidos a los mostradores del material escolar pidiendo calma a la gente, que se moría por comprar libretas baratas o dios sabe qué. Repartieron el material cabalgata style: entregando cajas a la muchedumbre desde lo alto.

- El tráfico… no sabría siquiera como describirlo. Los semáforos no sirven para nada, los pasos de cebra tampoco. La gente aparca en las medianas, en las plazas, en parques e incluso en medio de la calle. La gente adelanta en las curvas, circula en sentido contrario o hace marcha atrás en intersecciones donde se cruzan 5 calles. A veces tres carriles se convierten en cuatro. Las limitaciones de velocidad son totalmente ignoradas. ¿Qué se puede esperar cuando la propia policía aparca en plazas, debajo de monumentos o deja el coche parado el tiempo que le da la gana en un callejón? También es probable que el conductor de un autobús o de un dolmuş se baje del mismo y desaparezca durante unos minutos, en medio de la nada, sin motivo aparente o para hablar con alguien que conoce. Sin ir más lejos, anteayer encontré una furgoneta aparcada en la esquina de mi calle, sobre unas escaleras. Pokerface.

- Los hombres se dan dos besos cuando se ven. Algunos sólo se dan la mano. Es normal ver cómo un hombre pasa el brazo por el hombro a otro y continúan caminando, incluso si no se conocen de nada. En las aceras, si una mujer se cruza con un hombre es ella la que se aparta. Incluso si una mujer va a salir de un sitio y un hombre va a entrar, ella debe dejarle entrar primero. Los camareros siempre se dirigirán al hombre a la hora de preguntar cualquier cosa. A pocas mujeres se las ve trabajando, quedan relegadas a cajeras de supermercado y a veces ni eso.

- Las calles siempre están repletas de gente. Todos esperan hasta el último momento para apartarse. Pocos padres controlan que sus hijos no molesten al transeúnte, y es complicado que no se te estampen unos tres en un trayecto aleatorio (y hoygan, las cabezas de los niños turcos son durísimas).

- No diré que los turcos huelen mal, diré que consideran la higiene como algo opcional.

- Si te quedas sentado en el WC mientras tiras de la cadena notarás que un chorrillo de agua te va directo al culo.

- Gargajear y escupir en medio de la calle no está mal visto.

Dormir en la calle tampoco lo está...

- Las casas no tienen bidé. En muchas ocasiones la ducha está en medio del baño y no tiene mamparas ni nada que la separe del resto de las cosas. Se duchan al lado del WC, o al lado de la pila… Y doy gracias a que la mía tiene una ducha como es debido.

- Cada 4 horas se oyen a los mulás rezar por los altavoces. La primera llamada al rezo es a las cinco de la mañana. Vivo entre dos mezquitas. Yupi.

- Cuando vas a una casa te encuentras con que todos los zapatos están en la puerta. En el rellano o nada más entrar en la casa, pero en la puerta. SIEMPRE hay que quitarse los zapatos cuando se entra a una casa. En la mía también, of course, que para eso limpio.

Eso es todo, másmenos.


BREVES

1. Nos hemos granjeado el odio de todas las clases a las que vamos porque (oh, qué lástima) al haber estudiantes erasmus los profesores están obligados a dar clase en inglés. Panda de malfeineros, PUES NO TE COJAS ASIGNATURAS EN INGLÉS!

2. El tiempo aquí está bien. No vamos en barca, como vosotros. Aun así, nos han dicho que estas temperaturas no son muy usuales en esta época del año y que el frío va a venir pronto.

3. La uni no nos deja hacer NADA sin su supervisión. O eso o los que trabajan en la oficina erasmus no tienen amigos y se nos pegan. Qué pesadilla.


Take care!

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