Capadocia, el gran Supervivientes

Día 1. Jueves 10 a las 23,00. Salida.

Demuéstrenme la utilidad de hacernos quedar a las 21,00 en la Bahçesehir cuando, en realidad, partíamos desde el campus de la Yildiz a las 23,00. Pues nada, nos llevaron a todos cargados como mulas por el bulevar Barbaros, que es de una cuesta arriba infame. También nos hizo muy felices descubrir que algunas personas habían traído cedés para escuchar durante el viaje. Si hay algunas canciones que no vamos a poder volver a escuchar en la vida, esas son:

Hot'n'cold (Katy Perry)
Sexy chick (David Guetta)


Escuchar esas canciones cada media hora en un viaje de 10 horas puede llegar a desquiciar a cualquiera. Si además tienes delante a una GOGORDA que no hace más que balancearse (me niego a decir que "bailaba") tenemos el conflicto servido. La gente se puso a beber en el bus, con lo cual dormir no fue posible hasta casi las dos de la madrugada.


Dia 2. Viernes 12 a las 9. Check-in.

Tras pasar horas y horas viendo un paisaje totalmente en negro, se hizo de día y pudimos comprobar que, en efecto, estábamos enmedio de la nada. A las 9 llegamos a una especie de agrupación humana llamada Avanos, que es como una quinta parte del casco urbano de Ribarroja y tiene lo que se dicen vistas privilegiadas: la nada a la derecha, la nada a la izquierda y un hotel tocho enfrente. En ese hotel nos alojábamos nosotros. Nos dejaron desayunar, nos repartieron las habitaciones y volvimos a bajar para irnos a (chanchan) Uçhisar, que es el punto más alto de toda la Cappadocia.

Italianos, pakistaníes y españoles, congelándose tutti in sieme.

Cómo narices expresarlo sin parecer estúpida... Nos habíamos pasado toda la mañana encerrados en cuevas subterráneas de Avanos, algunas de las cuales dudo que cumplieran los requisitos de seguridad mínimos (vimos una gruta oscura y descendente y la bajamos, aunque estaba sin iluminar y sin vallar, a golpe de flash de cámara de fotos). Y ahora nos llevaban al punto más alto de todos en el día que más viento hacía. Yo, particularmente, no vi nada. Vi el castillo desde abajo. Arriba lo único que pude ver fue como mis ojos quedaban destrozados por un viento lleno de arena. Llegué hasta la mitad y me dí por satisfecha. Hombreyá, que hacía viento, frío y arena.

El comentario del día: "Es como La Vall d'Uixó, pero sin barcas"

Cuando salimos de allí nos dijeron que no ibamos a comer. Graaaan indignación entre todos los erasmus. ¿Cómo narices no vamos a comer? "No, porque si no no da tiempo a ver lo siguiente". La la la. Cuando llegamos a "lo siguiente", que era un valle con más rocas con la misma forma que las anteriores, nos fuimos al grupo poblacional más cercano a buscar comida. Dos vascos, dos valencianos y dos franceses buscando comida. Sin éxito. ¿Cómo narices pueden existir pueblos sin durums? Justo cuando llegamos a un lugar donde hacían pide nos llamó Fahad diciendo que nos íbamos. Le dije que no podía ser, que el break era de media hora y sólo habían pasado diez minutos. Me pasó a Marina cuando empecé a despotricar por el teléfono.

Re-mamoneo cuando vimos que nos daban diez minutos para buscar un sitio donde comer, pero que daban media hora a la gente para que comprara alcohol cuando pararon en la gasolinera más próxima al hotel. Nosotros llegamos, nos duchamos, dormimos un rato y luego bajamos a cenar.

Sí, pero aquí no grabaron la peli de Conan y en Cuenca sí.

Después de la cena vino el que probablemente fue el mejor momento del viaje: la noche turca. Vimos danzas tradicionales en un local que estaba dentro de una montaña, con lo cual se estaba calentito. Descubrimos que el vino era uno de los menos peores que habíamos visto en Turquía, y además teníamos barra libre y picaditas tales como baklava, çeres, croquetas chungas, queso fresco y más. Descubrimos que los asiáticos no pueden bailar danza del vientre (eso sí, lo descubrimos todos los erasmus a la vez). Y también fue la noche de las cosas raras. Como abrir la puerta de una habitación de hotel y ver a Juan (erasmus español) rodeado de cinco mujeres. ¿Cómo narices lo hace?


Día 3. Sábado 13. El día de los comercios chungos.

Me desperté rodeada de mandarinas. Todavía no se cómo.

Este fue el día del "venga y compre". Nos guiaron a través de todas las industrias autóctonas, tales como la talla de onix, la confección de artículos de barro y el vino. Nos sacaron del hotel en bus y a los cinco minutos estábamos bajando. La fábrica de barro estaba al lado del hotel. Luego, al irnos, hicimos dos minutos de trayecto porque la fábrica de onix estaba al lado de la del barro. Imaginad subir a un bus, quitarte el gorro, los guantes, el abrigo y las dos bufandas y que te digan que tienes que volver a bajar. Un estrés.

Las fábricas de Turquía, ese gran referente ochentero. Dejen mi carabollo en paz.

Sin duda, la cata de vino fue lo mejor del día. No por lo bueno, sino por lo cachondo. Nos dieron una copita de vino mínima, con un vino rojo. Recuerdo a mi coordinadora toda emocionada:

Esra: Wow, isn't it wonderful?
Aleix: Esra, it's like water. Worst wine ever.
Esra: I know :(

De modo que esta visita sólo nos sirvió para estar en la terraza, mientras llovía, comentando con los portugueses lo mucho que añoramos el vino español. Algunos incautos compraron vino. Yo creo que si les llevo eso a mis padres me echan de casa.

Luego fuimos a lo que nosotros cariñosamente llamamos Cuenca. Un valle lleno de figuras con la misma forma. La mayor atracción era una cuesta sobre la cual había una gruta. La mitad de los erasmus intentaron tomar carrerilla para subir y ver qué había allí. La otra mitad hacía cola para subir a una capilla que sólo tenía un crismón pintado en la roca. Yo estuve correteando por allí, huyendo del viento y buscando algo para comer. Increíble, pero habíamos estado en cuatro sitios y en ninguno de ellos había una mísera tienda de göleme. Y eso que la región es famosa por ello.

Un camello, justo al lado de los amantes de Teruel.

Por la noche nos quedamos dormidas viendo Informe Semanal mientras todos los demás estaban en una discoteca. Nos informaron de que no ibamos a poder visitar Ankara porque habían ilegalizado un partido que apoya al terrorismo kurdo (lo siento mucho por Javi) y habían previstas manifestaciones, roturas de cristales y demás cosas. Cuando salí de la ducha y Marina me dijo "¿Recuerdas que nos hemos estado cachondeando de un Museo del Aire que tienen aquí? Pues mañana vamos a ese lugar porque Ankara está invadida" casi me da algo.

A las cuatro de la mañana vino Marco todo emocionado a mi habitación y me dijo que a una chica de las turcas repintadas que venían con nosotrosle había dado un ataque epiléptico en la discoteca. Estuvimos cotilleando un rato los italianos, Salva y yo y me volví a dormir. La chica del ataque nunca sabrá que pagaría caro no haberse tomado la medicación ese día.


Día 4. Domingo 14. Museo del Aire y vuelta a casa.

El Museo del Aire es el lugar donde están todas las capillas dentro de las montañas en Capadocia. Irónicamente, fue lo más interesante que vimos en todo el viaje. Lo malo es que se llamaba Museo del Aire porque está al aire libre, y hacía un viento y una lluvia nunca vistas. Allí conocimos al Sabio Ruso, un señor que tenía unos ochenta años y que había ido de viaje con su mujer. Ambos hablaban inglés, y nos pusimos a ver las iglesias con ellos. Lo cierto es que era un señor muy erudito, y estuvimos como dos horas filosofando con él sobre la vida, lo afortunados que somos por ser jóvenes y tener toda la vida por delante y sobre el amor y lo corta que es nuestra existencia. Volvimos un tanto pensativos al mercado que había al principio del ¿museo? y... MILAGRO. Un lugar donde hacían göleme! Comimos y, desde el bar, vimos como empezaba a caer granizo.

Frío. Y de fondo, Grözni.

Una vez en el bus, y visto el mal tiempo que hacía, decidimos volver a Estambul. Cada vez que pasábamos por un cementerio los italianos gritaban cosas tal que así:

- Ragazza morta! VIENI, QUE RITORNIAMO A ISTANBUL!!!

Y lo gracioso es que las chicas turcas les reían la gracia, porque se pensaban que era algo bonito (tengo que hacer otro post sobre por qué cada persona que oye algo en italiano piensa que es una declaración de amor).

Empezó a nevar. Y las cosas no mejoraron para la coña eterna:

- VAI A MORIRE TUTTI!! Tutti in sieme! E TU LA PRIMA!! (señalando a la más gorda, y la más gorda se reía y se ponía roja).

Al volver paramos en varias estaciones de servicio, pero en la última habían como tres pies de nieve. Y seguía nevando. Todos empezamos a tirarnos nieve y acabamos chopadísimos. Y en el bus descubrimos que a Berlusconi le habían roto dos dientes porque "un desaprensivo" según la mitad de los italianos o "un héroe", según la otra mitad, le había tirado algo a la cara. Me dormí a mitad discusión, pero se seguían oyendo las amenazas de muerte de los italianos a todos los turcos del autobús de fondo. El hecho de ser los únicos que entendíamos a los italianos fue lo más divertido del viaje. Mientras cantaban canciones como "Vamos a tener un accidente, pero el único que va a morir es ese cerdo de ahí al que le huelen los pies", nosotros nos descojonábamos a lágrima viva y todos los demás se reían, pensando que era una canción típica o incluso alguna de amor.

La nieve.

En resumen, fue un viaje bastante chungo y fue lo más parecido a un Supervivientes que hemos tenido nunca (por el hambre, el frío, el viento, la lluvia, el granizo, la nieve y el territorio lleno de arena). Pero había que ir.


BREVES

1. Señoras y señores, los erasmus por fín vamos a tocar algo de dinero de la beca.

2. No hay nieve en Estambul, sólo en algunas partes de la zona asiática.

3. Han medio decorado algunas zonas de Estambul por navidad, no me lo puedo creer.

0 comentarios:

Volver al inicio Volver arriba .. Theme ligneous by pure-essence.net. Bloggerized by Chica Blogger. Header by Alba Sornosa.